Suramérica en dos ruedas: conozca las rutas que todo motociclista debe recorrer

Suramérica es un paraíso para los amantes de los viajes en moto. Montañas imponentes, desiertos infinitos, selvas exuberantes y costas paradisíacas convierten al continente en el sueño de cualquier motociclista que busque aventura, naturaleza y cultura. Desde las alturas de los Andes hasta la vastedad del Amazonas, estas son las rutas que no te puedes perder si quieres disfrutar de una experiencia única sobre dos ruedas.

Viajar en moto da libertad, tranquilidad y enfoque. Además, una buena rodada por Suramérica permite difrutar atardeceres como este en la playa Ike Ike, Chile.

La Carretera Austral en Chile, con sus 1,240 kilómetros de longitud, es una de las rutas más impresionantes del continente. Partiendo desde Puerto Montt hasta Villa O’Higgins, esta vía serpentea a través de la salvaje Patagonia chilena, ofreciendo paisajes de glaciares, fiordos, montañas nevadas y bosques milenarios. Alternando entre asfalto y ripio, la ruta desafía tanto al motociclista experimentado como al novato que busca adentrarse en la naturaleza en su estado más puro.

En Argentina, la icónica Ruta 40 es un clásico para los aventureros. Con más de 5,200 kilómetros, esta carretera recorre el país de norte a sur, paralela a la cordillera de los Andes. Sus tramos en la Patagonia son famosos por los intensos vientos que ponen a prueba incluso a los conductores más experimentados, pero las vistas de desiertos, lagos y glaciares hacen que cada kilómetro valga la pena. Es una experiencia que conecta al viajero con la inmensidad de la naturaleza.

Las montañas de Los Andes ofrecen paisajes majestuosos.

Bolivia ofrece dos joyas imperdibles para los motociclistas. El Salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo, se convierte en una experiencia surrealista tanto en la temporada seca, cuando el suelo blanco parece infinito, como en la de lluvias, cuando el agua crea un espejo gigante que refleja el cielo. Por otro lado, el famoso Camino de la Muerte, que conecta La Paz con Coroico, es un desafío para los más valientes. Con sus curvas cerradas, precipicios y vistas espectaculares, es una aventura llena de adrenalina y recompensa visual.

Otra ruta que combina lo mejor de los paisajes andinos y amazónicos es la Interoceánica, que conecta Perú con Brasil. Desde Cusco hasta la frontera, esta carretera ofrece una transición impresionante desde las montañas nevadas de los Andes hasta el calor tropical de la selva. Para los amantes del off-road, la Chapada Diamantina en Brasil es un paraíso. Con cascadas, formaciones rocosas y caminos retadores, esta región del noreste brasileño combina desafíos técnicos con paisajes tropicales únicos.

El MotoNauta rodando la Interoceánica en la Honda VMen de 125cc » La Negrita».

En el norte de Chile, el Desierto de Atacama es otro destino imperdible. San Pedro de Atacama, con sus géiseres y paisajes lunares, ofrece un entorno diferente a cualquier otro en el mundo. Rodar por el desierto más árido del planeta es como adentrarse en un mundo completamente nuevo, y las noches despejadas ofrecen cielos perfectos para observar estrellas.

Lo mejor de los viajes es conocer gente. Aquí una historía que inspiró viajes en moto que llegaron hasta el Ártico en Alaska.

Ecuador también tiene su joya: la Ruta del Sol. Esta carretera costera de 748 kilómetros combina playas paradisíacas, acantilados y pequeños pueblos pesqueros. Es ideal para los motociclistas que buscan un viaje más relajado, con paradas para disfrutar de mariscos frescos y espectaculares vistas al océano Pacífico.

El Circuito de los Lagos, que conecta Argentina y Chile, es una ruta que combina tranquilidad y belleza natural. Desde Bariloche hasta Puerto Varas, los motociclistas recorren paisajes de volcanes, lagos cristalinos y bosques, con pequeños pueblos que invitan a detenerse y disfrutar de la gastronomía local. Rodar por estas rutas no solo significa recorrer kilómetros; es conectarse con los paisajes, las culturas y los desafíos que cada trayecto ofrece.

Cada curva, cada tramo y cada parada se convierten en recuerdos imborrables para los amantes de las dos ruedas. Si estás buscando aventura, adrenalina y paisajes que te dejen sin aliento, Suramérica te espera con los brazos abiertos y el camino listo para ser explorado.

Rodar por estas rutas no es solo un viaje, es una experiencia transformadora. ¿Listos para la aventura?

A continuación algunos datos a tener encuenta sobre las rutas imperdibles de Suramérica en moto:

Las rutas de Suramérica suelen ser desafiantes.

1. Carretera Austral (Chile).

Longitud: 1,240 km
Ruta: Desde Puerto Montt hasta Villa O’Higgins
Por qué recorrerla:
La Carretera Austral es una mezcla de caminos asfaltados y de ripio que atraviesan la Patagonia chilena, ofreciendo paisajes de glaciares, bosques, fiordos y montañas. Es perfecta para los motociclistas que buscan aventura y un entorno natural impresionante.
Dificultad: Moderada a alta (cambios de clima y terreno).

Paso fronterizo Los Libertadores entre Argentina y Chile en la cordillera de Los Andes.

2. Ruta 40 (Argentina).

Longitud: 5,224 km
Ruta: Desde La Quiaca (norte) hasta Cabo Vírgenes (sur)
Por qué recorrerla:
Es una de las carreteras más icónicas del mundo, paralela a los Andes. Pasa por desiertos, lagos, glaciares y pueblos pintorescos. El tramo patagónico, en especial, combina paisajes salvajes y fuertes vientos que desafían a los motociclistas.
Dificultad: Alta (grandes distancias y clima extremo en el sur).

3. Carretera Panamericana (Colombia – Ecuador – Perú).

Longitud: Variable (depende del tramo elegido)
Ruta recomendada: Desde Cali (Colombia) hasta Lima (Perú), pasando por Quito
Por qué recorrerla:
Este tramo incluye los Andes ecuatorianos, el verde paisaje colombiano y la costa del Pacífico peruano. La diversidad cultural y los cambios de clima y altitud hacen que sea una experiencia única.
Dificultad: Moderada (depende de las condiciones climáticas).

4. Salar de Uyuni (Bolivia).

Longitud: 160 km (aproximadamente)
Ruta: Desde Uyuni hasta el centro del salar
Por qué recorrerla:
Rodar sobre el salar más grande del mundo es una experiencia surrealista. Durante la temporada seca, el salar es un desierto blanco sin fin; en temporada de lluvias, se transforma en un espejo gigante.
Dificultad: Moderada (especialmente en temporada de lluvias).

5. Chapada Diamantina (Brasil).

Longitud: Variable (circuitos locales)
Ruta recomendada: Desde Lençóis por los senderos de la Chapada
Por qué recorrerla:
En el noreste de Brasil, esta ruta combina cascadas, formaciones rocosas y senderos desafiantes. Es ideal para motociclistas que disfrutan del off-road y buscan paisajes tropicales.
Dificultad: Moderada a alta (senderos irregulares).

Las rutas brasileras ofrecen todo tipo de caminos, desde carreteras destapadas de tierra roja, hasta grandes autopistas que conectan los 26 estados de la República.

6. Camino de la Muerte (Bolivia).

Longitud: 80 km
Ruta: Desde La Paz hasta Coroico
Por qué recorrerla:
Es una ruta famosa por su peligrosidad, pero también por sus impresionantes vistas de montañas y selva. Para los motociclistas más aventureros, es un desafío inolvidable.
Dificultad: Alta (curvas cerradas y precipicios).

7. Ruta Interoceánica (Perú – Brasil).

Longitud: 2,600 km
Ruta: Desde Cusco hasta la frontera con Brasil
Por qué recorrerla:
Esta carretera conecta los Andes peruanos con la selva amazónica y finalmente con Brasil. Ofrece paisajes variados, desde montañas nevadas hasta el calor tropical del Amazonas.
Dificultad: Moderada (clima cambiante y algunas zonas remotas).

8. Circuito de los Lagos (Argentina – Chile).

Longitud: 330 km (aproximadamente)
Ruta: Desde Bariloche (Argentina) hasta Puerto Varas (Chile)
Por qué recorrerla:
Rodeado de volcanes, lagos cristalinos y bosques, este circuito combina rutas asfaltadas y de ripio, con muchas opciones para explorar pequeños pueblos y disfrutar de la gastronomía local.
Dificultad: Baja a moderada.

Cae el sol en el desierto de Atacama. En la foto, la moto descansa en la carretera Panamerica son las 8:45p.m. y la naturaleza nos regala esta postal.

9. Desierto de Atacama (Chile).

Longitud: Variable
Ruta recomendada: Desde San Pedro de Atacama hacia los géiseres y el Valle de la Luna
Por qué recorrerla:
El desierto más árido del mundo ofrece paisajes extraterrestres y cielos nocturnos únicos. Es ideal para motociclistas que buscan tranquilidad y desafíos en terrenos desérticos.
Dificultad: Moderada.

10. Ruta del Sol (Ecuador).

Longitud: 748 km
Ruta: Desde Salinas hasta Manta
Por qué recorrerla:
Esta carretera costera atraviesa playas, acantilados y pequeños pueblos pesqueros. Es ideal para quienes buscan un viaje relajado con vistas al océano Pacífico.
Dificultad: Baja.

Rodar por Suramérica no es solo un viaje, es una experiencia que combina la majestuosidad del paisaje, la cultura vibrante y el desafío personal. Cada kilómetro en estas rutas promete una aventura inolvidable que quedará grabada en la memoria de cualquier motociclista.


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